POESÍA
Gran invento el orbe, que inventó la Tierra
y la Tierra el agua, los montes, las sierras,
las flores graciosas, de especies diversas,
los cauces, las fosas, las simas, las selvas;
los seres que, un día, pueblan el planeta:
gigantescos monstruos, felinas panteras,
tigres, dinosaurios, y muchas más fieras;
y peces, y focas, pingüinos, ballenas.
Y en un rinconcito, aparece el hombre,
el ser más extraño que ha parido el orbe:
brinca, salta, grita y, hasta a veces, corre,
porque un tal saurio le acosa; y se esconde.
Y con este refugio piensa hacerse
un hueco en las rocas, donde guarecerse
de los enemigos que un día le acechen:
no se fía nada, debe protegerse.
Después llega el fuego, más tarde la rueda,
ele bronce les cambia las armas de piedra;
pintan en las cuevas, la vida se alegra,
por primer papel, emplean madera…
Se inventan carruajes, se inventan galeras:
el tiempo y el hombre, la ciencia aceleran.
Con la Medicina, combaten las penas
de cuerpos que sufren dolores, quimeras.
Y aún no están tranquilos: sí, nadan y corren
sin ningún esfuerzo, sin mucho desorden:
¿porqué no volar?, ¿por qué estar conformes
con cosas tan simples que hace cualquier hombre?
Y se inventan alas, que atan a sus brazos,
se suben muy altos, hasta un campanario
y de allé se lanzan a un vacío extraño:
¡primera experiencia! ¡primer batacazo!
Pero no escarmientan, la cabeza es dura
y una bicicleta con alas parduscas
toma carrerilla por una llanura,
hasta que el ciclista se agota y renuncia.
Y por fin se intenta el ansiado vuelo:
todo está resuelto, llegamos al cielo.
Muchas vidas cuesta porque el premio al celo
ha hecho muchas veces, caernos al suelo.
Y en el siglo XX se habla de progreso:
un médico salva a diez mil enfermos;
tal o cual vacuna, ha sido un acierto.
y las guerras restan un millón de muertos.
Cosas Mías. Lleida, Pagès Editors, 1991
Me saltan las palabras
Me saltan las palabras
engañadas
al abismo claro
de una hoja que espera.
Tienden trazos, al viento,
conformados,
a unir los sentimientos
que ordenó una mirada.
Vuelven al ocaso del espacio
rechazadas
las que no dicen nada,
y quedan esperando.
Hoy no ha sido un buen día
de fragancias,
y aromas no me saltan
preñados de palabras
Se pasa
Exactamente un segundo
desde la vida a la muerte,
de vagabundo a ser rico,
del infortunio a la suerte.
Extracto de manzanilla
Suave, suave tacto,
epidermis tierna,
rostro canela,
hermoso abrazo.
Aroma exótico
perfume blando
que pasa raudo
por los sentidos.
Culpa entrenada
Ya no te mienten los ojos
cuando me miras,
y ocultas tus engaños
detrás, respiras…
Al principio la culpa
te delataba,
hoy no sientes la culpa
de amar se acaba.
Pagès Editors. Lleida 1993